El mundo se nos detuvo.
La vida se nos pausó
y algo tan pequeño nos sorprendió.
Pues todo lo relacionado con la sociedad
este virus nos lo arrebató;
como cuando se apoderaban de ese lugar
para construir sus negocios y vivir en paz,
o cuando extinguieron a esa especie
para vender su marfil a un animal.
Hicieron arder aquel fuego
y las selvas se consumieron;
fuimos cómplices de tal aberración.
Llámelo usted casualidad o no,
pero, tras todo el daño que el humano provocó,
la naturaleza se lo devolvió.
Y la realidad de hoy nos encarceló.
Deja un comentario