La habitación perfumada de ausencia,
la camisa arrugada por el suelo,
el tabaco de liar, el desvelo,
las mariposas que son penitencia,
las cuchillas de acero en el lavabo,
el rastro de neón en la pared,
la visita de la sombra a los led,
la mesita con un libro de Gabo,
el precio sin IVA del desamparo,
la redención de la saliva en boca,
la soledad que tanto nos coloca,
el brillo de la luna como un faro,
el demonio de la noche que acecha,
la alegría presa y enmarcada en cuadros,
el derribo, la grúa, los taladros,
el ascua muerta que prende la mecha,
el arduo piano del amanecer,
las caricias banales, la lisonja,
la ducha, el espejo, el champú, la esponja,
la puerta del destino, el perecer,
el frío de la brisa enamorada,
el elepé, la canción, el vinilo,
la tigresa, las garras, el sigilo,
la botella de La Ina descorchada,
las legañas opacando el cristal,
el sudor diáfano de la noche,
las ventanas empañadas del coche,
el yugo de tus dedos en la sal,
la dulce margarita deshojada,
el labial rojo en la copa de vino,
la víctima, el móvil, el asesino,
las sábanas, las manchas, la almohada,
las consecuencias de nuestros despueses,
el olvido feroz por triplicado,
los presentes que no tienen pasado,
el abismo al que caigo aunque me beses.
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