¿Por qué me has hecho esto,
Padre?
Me dijiste que era perfecto:
estrella del alba
que eclipsa al sol.
Pináculo
de tu creación.
Nadie en el cosmos era…
ES
más digno que yo.
Entonces, ¿por qué a ellos?
Seres mediocres,
finitos,
IMPERFECTOS.
¿Acaso no soy suficiente para ti,
Padre?
¿Mi belleza,
mi poder,
MI GLORIA…
no tocan tu corazón?
Solo te hice saber
que merecía tu afecto,
pero me ignoraste.
Ocupado con tu nuevo juguete,
lo mandaste contra mí.
A mi amigo,
A MI HERMANO.
En el preludio de la historia,
TU CEGUERA ENFRENTÓ
A TUS HIJOS.
Y en tu «misericordia»,
en tu «piedad»,
no me mataste.
ME DESTETASTE
de la ambrosía de tu presencia,
EXILIADO
a una bola de barro,
rodeado de seres
MEDIOCRES,
FINITOS,
IMPERFECTOS.
Castigo despiadado para
quien lo dio todo por ti.
TODO.
Pero te lo demostraré,
Padre.
Tengo la eternidad.
HARÉ SANGRAR A TU CREACIÓN.
TOMARÉ LO QUE ES MÍO,
TE SALVARÉ DE TU ERROR
y volverás a amarme.
…
¡Oh, Padre!
¿Por qué me has abandonado?
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