La vida te atormenta y prefieres volar.
Espacios vacíos y la camisa abrochada.
Siempre vestido de gala.
Sin más comentarios,
los puños llenos.
Sin más razones,
la mente cerrada.
Con muchas ojeras de no respirar girasoles.
La sutileza nos ha engañado a todos
y te agarras al martillo pero niegas el golpe.
La pared sigue levantada.
Asfixia el cariño ausente de alguien que no te vio crecer.
¿Qué queda después de un Tsunami?
Fumo de noche porque no consigo dormirme.
Algo me dice que tú tampoco.
Las fotos borrosas de un pasado que está a cinco metros no dejan de mirarte.
Los pulmones se me llenan de agua.
Un clavel se ha roto,
lo has arrancado.
Solo queda el polvo de la mañana.
Llego tarde.
Lo siento.
Has barrido todo el lugar,
está limpio pero huele a gasolina.
Una cerilla cae de tu mano,
del resto no me acuerdo.
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