Bien, yo te voy a hablar del poder que tiene algo.
¿Algo?
Sí, algo. Algo que te toca a ti adivinar qué es.
Primera pista:
Ese algo, es capaz de, decidir, delimitar, juzgar…
Las etiquetas.
No he terminado. Recuerda escuchar.
En exceso, este algo nos puede
dividir,
encasillar,
definir,
prohibir,
culpar,
defender.
¡LA LEY!
Vas por buen camino. Ciertamente, ese algo nos limita, tal como intenciona la ley.
A ver, dame otra pista.
Si se usa correctamente puede:
salvar vidas,
amar,
cuidar,
sanar
expresar…
El lenguaje.
Incorrecto.
Y ¿qué es?
Se supone que dijeras «la palabra».
¿Quién eres tú para decidir si estoy bien o estoy mal?
Soy el lenguaje.
Pues, si tú eres el lenguaje que decide mis palabras, también eres mi limitación.
Y aún así, me acabas de utilizar para sostener tu argumento.
(Se queda sin palabras y su cabeza dirige el movimiento lento de todo su cuerpo el cual le da la espalda a la palabra. Camina decididamente hacia el intento de la expresión total de su sentir: el movimiento)
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