La lluvia utiliza sus pequeñas gotas, unas más ligeras que otras, como diminutos toques acumulados por todo el cuerpo mientras la escuchas caer.
Casi tantos toques acumulados como los que me faltan transpirar para ti. Esos que tanta falta hacen.
En silencio te conversé y parece que era yo quien estaba a la espera de tu respuesta.
Pero, dime, si no hay más que decir, ¿por qué entonces molestarnos en hablar?
Además, me gusta el reposar de tu silencio; tan solo no lo desgastes de tanto uso, que luego cierras los ojos para descansar y la lluvia es la que se queda conmigo. Ella me imagina a mí rodeándose en ti, y tú ganas también de ella para que se nos conceda.
Tal vez necesite de tu ayuda, igual confío en tu palabra. También en que la «• – • •» no se vuelva a olvidar.
Ya sabes bien cuánto es lo más cerca que podemos estar, pero, por fortuna, en tus sueños me puedo colar. Es por eso que intento tocarte desde la lluvia, a veces con la de fuera y unas pocas más veces con la de acá dentro.
Sobre la autora
Juliana, la autora de este texto, es una de nuestras artistas más inquietas y versátiles en la revista, puesto que tan pronto nos redacta un inspirador relato como nos perfila una preciosa ilustración. Si quieres disfrutar de todas las publicaciones que ha realizado en La Independiente y seguir haciéndolo en el futuro, aquí tienes un enlace a su perfil en la revista, el cual recopila todo el trabajo que ha compartido desde que se incorporó a nuestra plantilla . Este enlace seguirá actualizándose a medida que siga creando para nosotros. Así pues, ¡pincha para no perderte nada de su contenido y para apoyar a esta pedazo de artista!:
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