Los reyes de la tele: Atresmedia y Telecinco. El oligopolio entre bambalinas
Sé que con ese título no descubro nada nuevo para los lectores. Es más que sabido que, en nuestro país, un número bien reducido de empresas controlan los principales medios de comunicación. Sin embargo, creo que es importante, y por eso hago este artículo. En él, quisiera señalar e identificar a los actores que se encuentran detrás de los canales de televisión que vemos, las emisoras de radio que escuchamos y los periódicos que leemos.
La TDT y las licencias estatales
Dado que el espacio y el tiempo son limitados, en estas líneas nos centraremos en la madre del cordero: la televisión. Aunque existen un gran número de canales —ya sean locales, regionales o digitales—, lo cierto es que los más vistos y los que copan los ingresos publicitarios siguen siendo los que se conocen como canales nacionales en abierto. Es decir, los que se emiten en todo el país, y a través de lo que conocemos como Televisión Digital Terrestre (TDT).
Esta cuestión de carácter puramente técnico, y que puede parecer algo banal, es en realidad muy importante. Esto se debe a que en España el mercado está controlado, a priori, por el Estado. En otras palabras, este es el único que tiene potestad para otorgar las licencias para que un canal de televisión pueda emitir a través de la TDT.
Ojo, eso no significa que no existan canales por Internet, pero estas licencias son mucho más sencillas de obtener. Además, su público es infinitamente más pequeño en comparación con los canales en abierto. Sobra decir que a mayor audiencia, mayores son los ingresos publicitarios; algo que, como veremos, tiene una importancia crucial en el desarrollo del oligopolio actual.

Las políticas liberalizadoras y el duopolio televisivo: primera etapa
En cualquier caso, lo curioso del caso español es que hasta el año 1990 solo operaban en España a nivel nacional dos canales. Ambos eran de Televisión Española (TVE), la cadena pública: La 1 y La 2. Eso sí, también existían algunos canales a nivel autonómico, que comenzaron a emitir a principios de los años 80 del siglo XX, como ETB, TV3 o Canal Sur.
Con todo, a principios de la última década del siglo XX tuvo lugar una primera liberalización del mercado televisivo. Esta permitió la entrada de Antena 3, Telecinco y el ya extinto Canal+. Sin embargo, el momento clave para poder entender el panorama se encuentra durante los mandatos socialistas de Zapatero (2004-2011). Aparecieron por ese entonces, a mediados de los 2000, los nuevos canales de emisión nacional Cuatro y La Sexta, así como un sinfín de nuevos canales locales y regionales.
Las políticas liberalizadoras y el duopolio televisivo: segunda etapa
Sin embargo, esta segunda etapa liberalizadora tomó un cariz bien diferente tras la entrada en vigor de la nueva Ley de Comunicación Audiovisual de 2010. Elaborada por el propio PSOE, esta ley supuso, en un principio, una mayor libertad en términos generales del mercado televisivo: mayor facilidad para obtener licencias y mejoras los en contratos publicitarios.
Uno de los elementos más curiosos de esta ley fue, de hecho, el fin de la publicidad en TVE. Esto último, que puede parece más bien irrelevante o incluso positivo, en realidad fue todo un espaldarazo para las dos grandes cadenas de televisión estatales: Telecinco y Antena 3.
La respuesta a esto se encuentra en el hecho de que La 1 era el canal con más audiencia por ese entonces. Por tanto, era uno de los principales competidores en el mercado publicitario. Como ya comentábamos antes, cuanto mayor sea tu público, más se paga por los anuncios y más quieren las empresas anunciantes aparecer en tu canal. Dicho de otro modo, la ley de la oferta y la demanda de toda la vida.
Así pues, Telecinco y Antena 3 no solo se quedaron con prácticamente con todo el pastel publicitario. Además, acabaron absorbiendo años después a los dos canales de nueva creación tras la previa aprobación del Gobierno. De este modo, Cuatro pasó a formar parte de Mediaset —la empresa madre de Telecinco— y La Sexta de Antena 3 —que, tras la fusión, comenzó a denominarse Atresmedia—.

El origen italiano de Mediaset y la diversificación del Grupo Planeta
Pero vayamos algo más allá. De poco sirve hablar de los canales a secas si no profundizamos en los actores que están detrás de ella. ¿Quiénes están detrás de estos dos monstruos de la televisión? En el caso de Telecinco, es casi de conocimiento popular que el canal está en manos de Berlusconi a través de la empresa Mediaset. De hecho, a diferencia de Antena 3, Telecinco ha pertenecido a la misma empresa desde su entrada en España en 1990. Además de este canal, Mediaset cuenta con Cuatro, Factoría de Ficción, Boing, Divinity, Energy y Be Mad.
Aparte de su sección española, la verdadera razón de ser de esta empresa se encuentra en su país de origen: Italia. Ahí es donde cuenta con cerca de trece canales distintos, constituyendo, de hecho, la segunda empresa televisiva más relevante tras la RAI, que es de propiedad pública.
Por su lado, Antena 3 pertenece a lo que se conoce como Atresmedia, la empresa madre de LaSexta, Neox, Nova, Mega y Atreseries. A su vez, Atresmedia forma parte del Grupo Planeta, empresa que adquirió Antena 3 en 2003 tras muchas idas y venidas. Este grupo empresarial cuenta con medios de comunicación tanto en la tele como en la radio y en la prensa. De hecho, Onda Cero —algo así como la Antena 3 de la radio— forma parte de este conglomerado, al igual Europa FM o el periódico La Razón. Finalmente, no esta de más añadir que la propia Casa del Libro también pertenece al Grupo Planeta.
Conclusiones
Tras haber visto la evolución del ecosistema televisivo español, emerge una crítica muy evidente con respecto a las supuestas políticas liberalizadoras: mayor libertad de mercado no es sinónimo de mayor competencia. El caso español es un buen ejemplo de cómo el neoliberalismo y su mano invisible no generan una diversificación de la demanda, sino más bien acuciados oligopolios.
Cerremos con algunos datos que ilustran mejor todo esto. Para que nos hagamos una idea de la magnitud de esta concentración, basta con decir, tal y como afirma García-Santamaría en este artículo, que la suma de Atresmedia y Mediaset supone más del 80% de la oferta televisiva en abierto, el 88% de la facturación publicitaria y casi el 58% de la audiencia en abierto. Poco queda que añadir y mucho queda por hacer para revertir una situación que hoy en día solo parece tender a acentuarse.
