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Rascacielos: ¿sinónimos de poder?

Autora: Luisa Vázquez
Correctora: Laura De Buen Visús

Historia de los rascacielos

Así es, una vez más fue Nueva York la protagonista. En ella se fraguó el inicio de los rascacielos en el mundo, debido fundamentalmente a su alto índice de población. Aunque la primera ciudad en ver nacer a uno fue Chicago, Nueva York fue su exponente preferente a finales del siglo XIX. Con la ayuda del ascensor, el concreto (también llamado hormigón), el acero y el vidrio, se logró el principal objetivo: el aprovechamiento del suelo.

Si bien es cierto que en un principio se empezaron a construir para un ahorro económico y de espacio, ahora son, definitivamente, todo menos ahorro económico. Esto se debe a su gran altura y las dificultades a la hora de su construcción. 

Con el paso del tiempo, los rascacielos se han convertido en un sinónimo de poder, lujo y modernidad por estar en zonas residenciales y/o comerciales con alto valor de suelo. Han ido transformando la imagen de las ciudades y su comportamiento, dando incluso una apariencia única a cada una. Basta con ver proyecciones de los skylines de ciudades famosas por sus rascacielos para reconocerlas y saber de cuál se trata. 

Hubo varios edificios construidos sobre 1890, con alrededor de diez plantas, que pudieron haber sido considerados rascacielos. No obstante, no fue hasta la llegada del Park Row Building que a un edificio se le consideró un verdadero rascacielos. De treinta plantas, este fue construido en 1899 en Nueva York.

Categorías y síntesis de los rascacielos

Existen varios tipos de rascacielos, y se clasifican de la siguiente manera: el «rascacielos», con alrededor de 100 metros de altura; el «rascacielos alto», con 150 metros; el «rascacielos superalto» de 300 metros; y el «rascacielos mega alto» con más de 600 metros de altura.

Ahora bien, me permito hablar desde el lado arquitectónico y por ello debo puntualizar las dificultades que pueden existir a la hora de construir un rascacielos. Por más que se ahorre en la cuestión del espacio, cabe destacar que, al ser un edificio tremendamente alto, existen muchos retos.

El primer desafío lo encontramos a la hora de diseñar su estructura, puesto que, en caso de estar en una zona sísmica o de mucho viento, requiere de un diseño específico elaborado por gente experta en el tema para que, en caso de algún desastre natural, el edificio se vea lo menos afectado posible. También es complicado el diseño de todas las instalaciones sanitarias, hidráulicas, eléctricas, etc., ya que se debe conseguir que todas ellas permitan una utilización del espacio de manera plena y sin complicaciones. Asimismo, ha de haber ascensores suficientes, y rápidos, para una comunicación entre plantas completamente segura y eficiente. Por último, cabe destacar que es necesario un estudio de suelo complejo y preciso, en el cual se sea capaz de predecir comportamientos de placas para evitar asentamientos. 

Conclusión

Hoy, el edificio rascacielos más alto se encuentra en los Emiratos Árabes Unidos, en la ciudad de Dubái: el Burj Khalifa. Con 829 metros de altura, fue diseñado por el arquitecto estadounidense Adrian Smith. En contraposición, las torres gemelas más altas del mundo son las Torres Petronas, diseñadas por el arquitecto Cesar Pelli y localizadas en la ciudad de Kuala Lumpur, Malasia, con 88 pisos y 452 metros de altura. 

Así que, la próxima vez que estés frente a un rascacielos, pregúntate: ¿cuánto habrán tardado en definir un proyecto como este? La respuesta va totalmente relacionada con la altura de éste.

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