Hace poquito, una redactora de esta revista me recomendó una serie que, tras devorar en menos de una semana, se ha convertido en una de mis favoritas del año. Se trata de El Colapso, una miniserie francesa desarrollada por Les Parasites y que podemos encontrar en Filmin.
¿Qué ocurriría si el sistema colapsara? ¿Qué ocurriría si el mundo tal y como lo conocemos cambiara de la noche a la mañana? Esta distopía, que tan cercana nos suena, es el argumento sobre el que se desarrolla la trama. Cada capítulo está protagonizado por uno o varios personajes en diferentes días tras la catástrofe, desde el caos del principio hasta un final con las consecuencias más humanas de la apocalíptica situación. Se irá componiendo, así, un mosaico que ilustrará diferentes situaciones, carácteres y retos a los que se verán expuestas las personas y la sociedad.
Está compuesta por 8 capítulos de entre 20 y 30 minutos, y su particularidad técnica es que cada capítulo está compuesto por un asombroso plano secuencia. En este sentido, han conseguido exprimir al máximo este recurso, haciendo que no puedas apartar la mirada de la pantalla. Los detalles están en cada escena y son la culminación perfecta para un guion atractivo y eficaz. Así pues, en el plano técnico destaca especialmente el capítulo La isla.
Personalmente, lo que más me gusta de la serie es cómo es capaz de abarcar diferentes realidades y aspectos de la sociedad. En ella hay inmigración, variedad de edades —desde niños hasta ancianos—, personas con diversidad funcional, distintas clases sociales, etc. No os voy a negar que ha habido capítulos duros, pero también ha habido momentos de pura comprensión humana. No es una serie que deje indiferente: es capaz de plasmar con unas pocas pinceladas nuestra sociedad, con lo bueno y con lo malo. Vemos personas enamoradas, personas que intentan ayudar a otros, personas que luchan, personas que intentan sobrevivir… personas que, en definitiva, lo hacen lo mejor que pueden. Cada una de estas dosis sirve para que tomemos una píldora de empatía y reflexionemos sobre cómo estamos viviendo actualmente y qué valores son los que queremos defender.
También destaca cómo la trama está entroncada con una crítica sutil, pero constante, a la situación actual medioambiental. En concreto, critica ciertas medidas que pueden pasar por ecológicas pero que son, como mínimo, insuficientes. Esto lo podemos ver especialmente en el capítulo final, que, sin hacer spoiler, nos pondrá en antecedentes a la situación previa al colapso.
Se trata de una serie muy interesante que, en definitiva, queda recomendadísima por su trama, sus personajes y su interés a nivel técnico. Recomendable para todos los niveles de sensibilidad, aunque quizás sea algo dura para quienes aún estén asimilando las consecuencias del coronavirus, particularmente en el ámbito personal. En cualquier caso, espero que os guste esta recomendación y que sus personajes os acompañen y os calen tanto como a mí. Como último apunte, os confesaré que mis capítulos favoritos son El supermercado, La estación de servicio y La residencia.
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