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Mis documentales de “True Crime” favoritos de Netflix

Autora: Sofía Guardiola Villaverde
Correctora: Gracia Vega

Si hay una materia en la que podéis fiaros de mis recomendaciones a pies juntillas esa es sin duda los documentales de crímenes reales. Hacedme caso. He visto tantos que es imposible que no controle un poco (bastante) del tema. Desde que, de adolescente, empecé a ver Crímenes imperfectos los fines de semana por las mañanas, no he parado. Pero es que además las plataformas audiovisuales actuales, como Netflix o HBO, me han facilitado mucho la tarea. Sin embargo, en este sentido Amazon Prime no está todavía a la altura, es una de sus asignaturas pendientes.

Los documentales true crime están de moda. La prueba está en Netflix, que estrena al menos uno al mes. No obstante, dentro de este subgénero hay de todo. Desde las cutreces más absolutas y las historias narradas de la forma más lenta posible, a otros documentales que casi parecen películas de lo bellas y auténticas que son sus imágenes.

En esta entrada os hablaré de mis documentales de crimen real preferidos, tratando de ser variada y de engancharos a este género extraño y adictivo, a partes iguales, que a mí me tiene conquistada.

Uno de sectas: Wild Wild Country

Dentro del true crime, los documentales sobre sectas son, sin lugar a dudas, mis preferidos. Y, de entre todos ellos, elijo a Wild Wild Country sin pensarlo. 

Este documental se centra en la secta del archiconocido gurú indio Osho. Concretamente de la etapa en que los miembros de su culto se instalaron en Estados Unidos. Allí, llegaron a construir una auténtica ciudad en la que nada era tan idílico como parecía desde fuera. Lo que empieza siendo una secta hippie en la que se canta, se viste con ropa anaranjada y se construye la comunidad con las propias manos de los miembros, se acaba convirtiendo en un lugar del que, si sales, no vuelves a ver a tus seres queridos.

Por si esto fuera poco, la comunidad de Osho tiene que enfrentarse a los habitantes del pueblo más cercano a su emplazamiento. Llegando así a envenenarles el agua y a comprar armas y recibir clases de tiro “por si hacía falta defenderse de ellos”. Además, los escándalos internos son casi tan estruendosos como los externos. Hay una clara división entre Osho y su mano derecha, Sheela. Debida en parte a que unos nuevos miembros de honor, a los que se denomina “los de Hollywood”. Estos entran en las altas esferas de la secta trastocándolo todo. La jerarquía va poco a poco fragmentándose, a la vez que la violencia escala a pasos agigantados pero, al mismo tiempo, sin que nos demos cuenta de ello mientras vemos el documental.

Uno de los puntos fuertes de este metraje son las imágenes. Pues la mayoría de ellas son grabaciones de la época hechas por miembros de la propia comuna, que se combinan con entrevistas. Entre ellas, sin duda, destacan: las de Sheela por su oscuro carisma y fuerza arrolladora, sin desmerecer por ello las conversaciones con otros personajes; como una de las mujeres de la secta, que describe los sufrimientos y horrores que fue capaz de protagonizar por sus creencias.

Uno de conspiraciones: Wormwood

Todos los que seáis tan fans de las conspiraciones como yo habréis oído hablar sin duda de Frank Olson. Aquel químico que trabajó para la CIA en el proyecto MK Ultra y que se suicidó en extrañas circunstancias saltando a través de la ventana de un hotel en Nueva York. El hecho de que su suicidio resultara tan sospechoso se debe a que los últimos días del científico fueron confusos y extraños. Precipitándose los acontecimientos, supuestamente, cuando se le administró a Olson LSD, que se estaba probando en aquella época como suero de la verdad. Las teorías dicen que Olson desveló secretos bajo los efectos del narcótico, y que por eso la agencia decidió “deshacerse” de él, al considerarle endeble y, por tanto, peligroso.

En este documental, el director charla con uno de los hijos de Olson, quien lleva toda la vida tratando de investigar qué le ocurrió a su padre y soñando con que se destape públicamente la verdad. También aparece otra serie de entrevistas con antiguos trabajadores del hotel, abogados de la familia, policías que investigaron el caso, etc. Pero el punto fuerte son sin duda las primeras, el eje vertebrador del documental.

De nuevo, nos encontramos ante un documental en el que lo visual destaca por encima de todo lo demás. Incluso, me atrevería a afirmar que más aún que en el caso anterior. Las imágenes reales de la época se mezclan con recreaciones sensibles, oscuras y cinematográficas de los acontecimientos, que convierten en una joya un documental que, de otro modo, creo que aporta poca información novedosa a los que ya somos conocedores del caso.

Uno de asesinatos: Un plan maestro

El caso que se presenta en este documental es tan extraño, siniestro y delirante que parece un capítulo demasiado arriesgado de una serie policial. Sin embargo, los acontecimientos que se narran en él son totalmente verídicos.

Para no arruinaros las continuas sorpresas que este documental os depara, os lo presentaré en pocas líneas y dejaré que vosotros imaginéis y disfrutéis el resto. Se trata del caso que se conoció públicamente como “Pizzabomber” (sí, sí, pizza, habéis leído bien). El asesinato de un hombre a quien alguien le puso una bomba al pecho con un extraño aparato del que no tenía la llave. Los perpetradores le obligaron a realizar una extraña yincana si quería conseguir abrir la cerradura del artilugio y liberarse de su cautiverio. Sin embargo, el macabro juego acabó rápido, pues la policía interceptó al pobre protagonista del retorcido plan en la primera prueba que debía realizar: atracar un banco. Mientras esperaban a que llegasen los artificieros (que, si queréis saber mi opinión, se demoraron mucho más de lo que habrían debido), la bomba se accionó y el hombre estalló por los aires.

A partir de aquí, la policía cuenta con una extraña carta, con un vehículo que se da a la fuga, con una antena de radio abandonada y con una serie de personajes grises con los que el protagonista se relacionaba para resolver el extraño caso.

Además de lo insólito del crimen que se narra, otro de los puntos destacables es que el director del documental estuvo años escribiéndose y entrevistándose con la principal sospechosa del caso, además de empatizar, en términos generales, con el caso, por lo que todo se nos narra desde un cariz personal novedoso e interesante.

Una respuesta a «Mis documentales de “True Crime” favoritos de Netflix»

Dicen que la realidad supera a la ficción. Los ejemplos que aquí traes parecen demostrarlo. Sin haber visto el documenbtal de Osho, me trae reminiscencias a lo que ocurrió con Manson: una comunidad “alternativa” que, en teoría, busca una forma de vida más saludable, y acaba convirtiéndose en el origen de una trama de violencia.
Y el Pizzabomber me recuerda a un capítulo de Black Mirror, en el que también hay una gincana que nace de un chantaje para evitar la publicación de vídeos incriminatorios.

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