Trozos y trazos de una canción es el relato en poemas de un joven escritor, que parte de un desamor juvenil. Uno de esos amores quinceañeros, que nos hacen despertar a la vida y, en este caso, al arte. Aarón Wong, el autor, nos confiesa en las primeras páginas que ese primer amor le condujo a escribir una canción. Y, más tarde, el poemario que nos ocupa.
Ahora que llega el verano, que los días se alargan y empiezan a ser más lentos… ¿Quién no recuerda un antiguo y nostálgico amor de mediados de curso? Un amor que se va acabando y que, probablemente, deje paso a otro, efímero e intenso, veraniego… Wong, deshoja su paso por este y otros amores, entreverados los poemas con los trozos de la canción. Además, recompone, o lo intenta, (como lo intentamos todos), las trizas que esconde de su ruptura y de su vida.
Todo ello con un estilo formal ecléctico, referentes claros que nombra y que nos acompañan por entre las páginas de este libro. El autor nos lleva a nuestros propios fracasos amorosos. Fracasos por juveniles, intensos y poderosos como solo lo son los primeros amores. Atravesado por las rimas revividas de los y las poetas y cantautores que acompañan al autor en su viaje, y de citas de escritores, series, canciones. Encontramos también otros temas como en los poemas dedicados a Carmen, un escrito de duelo por la partida de un ser querido, además de los que le va dedicando a varios de sus amigos.
La historia de este viaje nos lleva a través de la prosa poética. Las citas, los breves poemas y las palabras que el autor muestra e inventa para transportarnos a nuestros propios recuerdos y sueños; a nuestros propios veranos y amores de adolescencia, plenos de atmósferas ancladas en los sentidos.
Para todos aquellos que hayan sufrido un desamor juvenil, que hayan escrito versos en las servilletas de una cafetería, que hayan querido componer una canción.
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