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Allí donde ocurren las cosas - La Independiente Revista

Allí donde ocurren las cosas

«All experience is placed experience».

Rockwell Gray

Solemos pasar por alto que toda nuestra vida, pasada y presente, llena de momentos y memorias —es decir, tiempo—, ocurre en un espacio concreto ⁽¹⁾. En mi caso, recuerdo mi infancia y adolescencia con un cariño especial. Como esos días en los que, de forma inocente, comencé a explorar mis alrededores, cada vez con más autonomía. Mis horas libres las solía pasar en la calle, algunas veces en la cancha jugando al fútbol o al baloncesto; otras muchas en el barranco, realizando aventuras por mundos imaginados con un par de amigos no imaginarios. Pero, con los años, parte de ese tiempo de ocio en la calle pasó a ser invertido en casa, ya fuese en la PlayStation 2 o en el ordenador; en definitiva, en videojuegos. ¿En qué espacios pasaste tu infancia y tu adolescencia? ¿Cómo influyeron en tu experiencia?

Pasar horas en la cancha o en el barranco era algo posible porque vivía en el barrio de El Calero, Telde (Gran Canaria). Un barrio residencial, por lo general tranquilo. Un sitio en el que, si bien no había demasiadas cosas que hacer, existían espacios públicos como la cancha donde poder practicar deporte. Un punto de encuentro en el que la juventud del barrio podíamos reunirnos.

En una zona capitalina, quizás habría podido acceder a mayor cantidad de ocio y cultura. Pero, quizás, habría tenido que lidiar con los peligros típicos de las grandes ciudades, lo que hubiera implicado muchas veces quedarme en casa. En una zona rural podría haber explorado mucho más, a la vez que estar en mayor contacto con la flora y la fauna local, pero quizás habría sido más difícil conocer personas afines a mí con las que socializar. Para bien o para mal, mi experiencia vital estuvo condicionada por el lugar en el que vivía, como la de todos. Y cada lugar tiene sus luces y sus sombras. ¿En qué tipo de zona vives tú y cómo es la actividad que ves por sus calles?

El argumento de la peligrosidad de las ciudades es esgrimido a menudo para evitar que los adolescentes salgan a la calle. Y aquellos aislados en zonas rurales a menudo se sienten con una única alternativa: los espacios virtuales, donde redes sociales, chats, videojuegos, servidores, etc. están al alcance de todos. ¿Cuánto cambia nuestra experiencia vital si dejamos de salir a la calle y todas nuestras interacciones se producen a través de una pantalla?

Sin ninguna duda, un cambio radical entre una experiencia en un espacio físico y una experiencia en un espacio virtual es el uso del cuerpo. Está demostrado que el ejercicio físico está íntimamente relacionado con la neuroplasticidad ⁽²⁾, así como con la reducción de estrés. Teniendo en cuenta la cantidad de horas que los jóvenes pasan en Internet al día (más horas que en el instituto ⁽³⁾), no deberían ser sorprendentes los problemas actuales que existen en los institutos y los problemas que sufren los y las adolescentes.

Otro dato interesante, puesto en manifiesto por estudios recientes, es que la forma en que miramos cambia nuestro estado mental: si miramos a un punto fijo (como una pantalla), nuestros mecanismos de alerta se preparan ante un posible peligro, como si estuviéramos observando al enemigo y sus movimientos y, por ende, se activan nuestros mecanismos de estrés. Estos mecanismos son muy útiles para ayudarnos a sobrevivir, pero cuando se mantienen activos durante largos periodos afectan a nuestra salud física y mental. Sin embargo, cuando dejamos nuestra vista perderse en espacios abiertos, mirando al horizonte, se activa el sistema parasimpático y nos relajamos con una vista amplia ⁽⁴⁾. ¿Será por eso que los felinos tienen una pupila vertical, preparada para no perder la vista de su presa, y los carneros tienen una pupila horizontal? 

Allí donde ocurren las cosas

En conclusión, quiero recalcar la importancia de un barrio donde la juventud pueda explorar de forma segura, con espacios públicos en los que poder encontrarse e interactuar. El Albaicín, en la ciudad de Granada, es un barrio increíble en el que poder perderse en un paseo solitario explorando la historia arquitectónica; un barrio lleno de parques y plazas en los que poder juntarse y socializar. Entre ellos, el famoso Huerto de Carlos, que sirve como punto de encuentro para tantos estudiantes y donde éstos se encuentran para improvisar música, practicar malabares y/o bailes o simplemente para conocer gente y charlar durante horas sobre la vida.

¿Cómo puedes hacer que tu barrio sea un lugar más social en el que la gente pueda salir a conocer a sus vecinos y a conocerse a sí misma?


⁽¹⁾:
El hecho de que cada memoria esté relacionada con un espacio concreto es algo que se explora y se explota para mejorar la memoria, tal y como se describe en el libro Moonwalking with Einstein: The Art and Science of Rememberging, de Joshua Foer

⁽²⁾:
https://content.iospress.com/articles/brain-plasticity/bpl180073

⁽³⁾:
https://www.elnortedecastilla.es/castillayleon/en-familia/adolescentes-pasan-horas-20191030100905-nt.html#:~:text=En%20este%20sentido%2C%20el%20estudio,dos%20horas%20y%2054%20minutos.

⁽⁴⁾:
https://www.scientificamerican.com/article/vision-and-breathing-may-be-the-secrets-to-surviving-2020/


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