Bendita sea el agua del manantial;
fantasía cristalina en los ojos que se miran.
Danzas animalescas frente al tótem electrónico
de una orquesta chamánica cuyo druida es el DJ.
Pequeñas familias formando la tribu.
Viaje interior.
Conexión con la tierra.
Árboles abrazando el cielo
mientras las manos se alzan
rozando con los dedos la existencia.
Existe un lugar,
pero solo a veces,
donde confluyen fuego y cielo.
Pequeños niños correteando por la hierba.
Una magia capaz de sanar el corazón
dañado por heridas de grandes bestias.
Los pies desnudos en el barro
rasgando sobre las huellas.
A veces existe sobre la faz de la tierra,
pero solo a veces,
un paraíso perdido
encontrado por sorpresa.
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