La ciudad 1
Bajo la ciudad
crece otra ciudad en paralelo;
solo ciertas personas y las ratas
conocen sus recovecos,
la belleza de los túneles
y del agua sin reflejos de luna o
la arquitectura funcional
que muestra en sus curvas
la esencia de la vida troglodita.
En la superficie, todo sucede
como si las sucursales bancarias
y los grandes supermercados franceses
siempre hubieran estado ahí.
Hay personas que llevan cincuenta años
desmirando las mismas calles,
que nunca han reparado
en una curiosa gárgola
o en un boquete en un muro encalado
con la forma de Sudamérica.
La ciudad de arriba es un decorado
en constante cambio, un sindiós de estilos
y tendencias decorativas; lo bello
si entendiésemos lo bello como lo normativo.
La ciudad de abajo es la no ciudad,
el hogar de los no ciudadanos,
nuestro hogar.

La ciudad 2
Kilómetros de casas esencialmente iguales,
ladrillos rojos, escalera de entrada,
dos plantas, jardín trasero.
El concepto de ciudad
como entidad de acogida igualadora
para una supuesta clase
de personas con parecida vida,
con similar poder adquisitivo.
Lejos, más o menos donde Cristo
perdió el mechero, los descampados,
las chabolas y el lugar liminal
donde la ciudad pierde su nombre.
Y, ahí, la esperanza de ser parte de la urbe
de la que muchos quisieran marcharse.

Logroño,1979, ha publicado dos poemarios, Nocturnación con Ediciones del 4 de agosto y Coplas a la muerte de una época con la editorial Eclipsados en Zaragoza, también formó parte de la antología Planetario con lo más granado de la poesía riojana y ha participado en múltiples revistas literarias entre las que cabe destacar Turia, Malalletra y Portales.
A parte de su faceta como escritor ha formado parte de grupos de música como Council y The Yetzer Hara Box en Londres y actualmente experimenta con música y poesía con los proyectos Hidromiel y Dienteperra en Granada donde reside.