El periódico muestra en su portada
la sangrienta y cruel huella de un solo hombre
y de quien ciego sigue cual manada
sin fin órdenes cruentas en su nombre.
La mirada en la tele de unos ojos
en el suelo sin vida, pixelada,
nos observa y recuerda: sois despojos
de sillón y comida congelada.
¿Cuántas veces te quejas de una injusta
vida y lloras tristezas de segunda
mano cual cocodrilo que se asusta?
Privilegio: colonia nauseabunda…
El dolor de los otros sea fusta
que dé vida y empatía más profunda.
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