Sí sí, las maneras de Bruce Wayne son cuestionables. El tío sin duda podría haberse gastado el dinero en terapia en vez de hacerlo en tunear su coche y nosotros habríamos visto cómo su terapeuta le hubiera disuadido de la idea de impartir justicia a ostias en Gotham y cómo hubiera seguido su vida más tranquilo.
El pobre, sin embargo, como superhéroe que es, está condenado a vivir eternamente en el duelo por la muerte de sus padres, no existe redención para Batman, acabaría con él. Vive atrapado a merced de los lectores que deseamos verle luchar por una idea que vemos continuamente frustrada en nuestras vidas, venimos a verle intentar arreglar el mundo, aunque no pueda arreglarse a sí mismo, y cómo sería una persona si se le viniera encima semejante psicosis en la que uno cree que es posible un mundo justo.

Un día me di cuenta de que estaba viva y todo empezó a retorcerse. Multidisciplinar habitual en los tugurios más selectos de la creación artística.