En esta ocasión traigo una rareza dentro de mi línea general de trabajo. Espero que os guste tanto como yo disfruté haciéndolo. Además, detrás de este cómic hay una breve historia que lo envuelve y lo hace un poco más misterioso.
Este cómic lo realicé mientras cursaba mis últimos años en la facultad de bellas artes. Mientras paseaba un día por los jardines de la Alhambra de Granada, me puse delante de la Puerta de la Justicia y me imaginé una paleta de colores algo inusual, ¿ qué pasaría si todo el cielo se oscureciera y la única fuente de iluminación fuera un torrente de luz azul que tocara la puerta?
Con esa idea en mente fui desarrollando una historia, aunque no sabía muy bien como enfocarla. Le conté la idea a mi hermano menor, que pasaba unos días por la ciudad, y dando un
paseo fuimos concretando algunas ideas.
El cómic no se planificó como conjunto, las páginas iban saliendo de forma orgánica una a una, por lo que me dejé fluir y no impedí nada. Todo debía seguir su curso.
En un primer momento, el trabajo se planificó sin texto. Tres años después de estar terminado y guardado en una carpeta en un disco duro, llamé a mi hermano, como hice la primera vez, para ver si él podría incluir un texto/poema sobre las páginas ya realizadas. A los tres días tenía el texto completo para el cómic.
Volviendo al principio, considero este proyecto una rareza porque se podía haber quedado en una simple ilustración. Sin embargo, a medida que se aclaraba el camino, me fue pidiendo más. De ahí
la estructura misma de las páginas.
Gracias a la ayuda de mi hermano, tanto al principio como con el broche final, se ha quedado un trabajo muy interesante con el que he disfrutado en cada momento de su creación.