La doña tiene los cabellos largos, pues son la prolongación de sus pensamientos. Estos son los hilos de sus mejores tejidos. A base de remiendos aprendió a dar segundas vidas, y terceras…así hasta parir nuevas creaciones. Y es que ella, como Dios, no daba nada por perdido, pues ya sabía de perderse y encontrarse en el camino, pues ya sabía de los ciclos, de las deconstrucciones y reconstrucciones.
La doña, siembra independiente, y de sus siembras brota la vida, ya que no le teme a esta, pues confía en su saber adquirido de las plantas y los animales, de las almas más ancianas y de las más jóvenes.
Ella es su médico y también su cura, pues es conocedora de la importancia de caminar descalza pa aminorar las prisas y hundirse en la tierra. La doña no guarda, ella comparte y se muestra abierta como la noche estrellada, ella regala autonomía y paciencia, es una hacedora de nuevas realidades y por ese motivo cuando decida darse a la fuga de la Tierra para continuar su paseo por el cosmos, nunca morirá.
