El ser humano es de lo más curioso. Ahora nos ha dado por encasillarnos. Sentirnos resguardados y cómodos bajo etiquetas que amparan a más como nosotros. Parece todo ser una dicotomía; blanco o negro, todo o nada. El otro día posteé una encuesta: «Emocional o racional». La gente afirmó, en su mayoría, que tiene una predisposición emotiva en su día a día. En este simple dibujo he organizado cómo creo que es mi predisposición. Siento desalentar a los amantes de las etiquetas pues presento un sistema vivo e híbrido. Lejos de afirmaciones absolutas es una mezcla armoniosa de todos los ingredientes existentes. En el centro de mi cabeza se haya la voz interior que todo lo narra. Y el resto, con colores e iconos, es el organismo que dejo libre a la interpretación de cada lector. Por cierto, el resto de la cabeza está vacía para enfatizar, creo.
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