¡Las verdades atemorizan!
Predicar lo que no se soporta
es arriesgarse a la venganza
de los que no quieren escuchar.
Exponerse a su mentira,
a su escarnio…
a que te agarren del cuello
hasta ahogarte la inteligencia,
para que así tragues con su normalidad.
Esa es: ¡su única verdad!
