Un silencio extraño se come al silencio,
todo este cemento grandilocuente
y este metal esculpido están ahí
para provocar la memoria,
¿te acuerdas?
Edificios de cristal se alzan imponentes
a ambos lados del río,
al río no le importa verse reflejado
en esos bloques donde se decide
el destino de Europa.
¿Lo recuerdas?
Las fotos en blanco y negro
de la orgullosa urbe bombardeada
son magnéticas,
hay belleza a posteriori en los agujeros.
La poesía romántica nació al escaso abrigo
de italianizantes ruinas,
así que si aquí quieres ver antiguas ruinas
puedes mirar las fotos.
¿Te has olvidado?
Nada marca sobre la hierba
la posición de los cuerpos enterrados;
no pisar, dice en alemán.
Y para los que no entienden
la lengua de Novalis
hay un dibujito explicativo de la prohibición.
Los vecinos que pasean a sus perros
parecen ajenos a la historia enterrada,
¿Lo recuerdan?
Un silencio eléctrico condensado
rodea la poderosa silueta del soldado,
parece como si la mente de Lovecraft
hubiera diseñado su pose de deidad vengadora,
de muerte con casco.
El oro de la hoz y el martillo refulge con la luz
que traspasa la espesa grisedad de las nubes.
Que se desplazan como buques de guerra
por el aire,
¿te suena esto de algo?
Nunca se puede hablar del silencio
sin romperlo,
escribir es hablar aunque callando.
Para seguir escribiendo
se necesita seguir viviendo.
Pero también es suficiente, creo,
simplemente seguir recordando.
¿De verdad que quieres hacerlo?
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