Hoy renuncio a las miradas que te daba cuando tú te hacías la que no sabía. Dejo perdidas mis ganas de quererte por miedo a tu latente reclamo liberto.
Renuncio a tu cuerpo y al mirarlo para no molestarte, sabiendo que prefieres entregarte al frenesí de la inconsciencia que al palpitar de la paciencia.
Que no confabulen las palabras queriendo agarrarte a escondidas. Que no vuelvas tu vista atrás, que no te asuste el pasado, reclamando eso que dejaste abandonado. Dejo atrás mis ganas perdidas de volver a verte, sabiendo que niegas lo que es evidente…
